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enero 26, 2017

Sangrado rectal

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sangrado rectalesEl sangrado rectal no es un problema frecuente en la infancia. Se observan principalmente algunas estrías de sangre en la superficie de las heces cuando se cambian los pañales.
En los recién nacidos, se debe por lo regular a un diminuto desgarre rectal, que suele cicatrizar solo, siempre que las heces sean blandas. En los niños mayores el sangrado rectal generalmente es una consecuencia del estreñimiento.
Si el sangrado se acompaña de dolor abdominal, puede ser un signo de obstrucción intestinal o de gastroenteritis bacteriana; ambas anomalías requieren de inmediata atención médica.
A menudo el niño despierta a primeras horas de la noche a causa de un dolor rectal; puede acompañarse de intensa comezón. Esto casi invariablemente revela la presencia de lombrices (oxyris vermicularis).
Aunque rara vez se vean, estos pequeños gusanos son bastante frecuentes; viven en el recto, de donde la hembra emerge de noche para segregar alrededor del ano una sustancia viscosa e irritante, en la que deposita sus huevecillos.
Ocasionalmente, los parásitos se desplazan a la vagina, donde también causan dolor y comezón. Al rascarse, las niñas pueden producirse infecciones vaginales.
Los padres pueden confirmar el diagnóstico de lombrices si, alumbrándose con una lámpara de mano, las buscan en la cama del niño después de acostarlo. Aproximadamente miden un centímetro de largo y parecen hebras blancas. Aun cuando las resuelven sin ninguna medicación, existen varios vermicidas que aceleran su erradicación.
Tratamiento casero
Si el sangrado rectal se debe a estreñimiento, es preciso ablandar las heces. Esto se consigue incluyendo en la dieta más frutas (especialmente ciruelas pasas o su jugo) fibras (salvado, apio, pan de trigo integral) y líquidos. Si ésta ocurre en una niña, la cuidadosa higiene y los baños de tina ayudarán a prevenir la infección vaginal.
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