Achiote un Protector de la Piel
Es un árbol tropical pequeño que tiene generalmente una altura de tres a cinco metros, aunque algunas veces puede llegar a alcanzar los diez metros. Sus frutos tienen forma de corazón; cuando maduran completamente, se abren y dejan expuestas sus numerosas semillas.
A las semillas de achiote también se les llama anato, y se emplean (en forma de polvo o pasta) para dar color a la mantequilla, la margarina, los quesos y el pescado ahumado
Su nombre científico se lo adjudicó Linneo en honor a dos razones: una lingüística y otra histórica. “Bixa”, debido al nombre indígena original que los hombres de Colón encontraron en la isla Española (hoy Santo Domingo); y “Orellana”, en alusión al descubridor del río Amazonas, en cuyas riberas esta planta se desarrolla con facilidad.
Cosmético medicinal
El uso como medicamento de esta planta quizás tenga sus raíces en su tradicional empleo como colorante.
Cuenta la historia, por ejemplo, que cuando Cristóbal Colón la encontró, vio que los aborígenes la utilizaban principalmente como cosmético, tanto en la guerra como en los actos religiosos.
Sin embargo, este empleo derivó en la costumbre de usarlo con fines diversos pero siempre relacionados con la protección de la piel. Así, de todos los beneficios medicinales que esta planta posee el más destacado es, justamente, su eficacia en el tratamiento de las quemaduras. Para este caso, se recomienda aplicar una pasta de achiote sobre el área lesionada lo más pronto posible; se dice que esto controla el i dolor y la infección, y tiende a evitarla formación de ampollas o el desarrollo de cicatrices deformantes.
Otros beneficios
Es muy útil para combatir disentería y ayuda a la buena digestión de alimentos. Así mismo, sus hojas en la frente alivian los dolores de cabeza y se utiliza para la curación de la angina.
Su color sanguíneo parece haber originado empleo popular del polvo de las semillas como mostatico y de su ingestión para el control de la disentería.
Así también, la capa de la semilla contiene sustancias parecidas a la cera, la cual paraliza a los parásitos intestinales. Por su parte, el aceite de las semillas se usa contra el dolor estomacal y la infusión contra el sarampión y la viruela.
Un apunte adicional lo constituyen las hojas picadas y maceradas, ya que en poca agua producen una sustancia gomosa con propiedades diuréticas. Esta sustancia también es purgante y desinflamatorias.